Atenco quemaba las manos. Era un erizo que, por donde lo tomaras, lastimaba y obligaba a definiciones y consecuencias (dos palabras que no existen en el vocabulario de la clase política moderna y, más recientemente, tampoco en el de la intelectualidad progresista).* Que no pasen en vanoDelegado Zero
7.5.07
Los rios del tiempo*
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3 comentarios:
No pasarán... gracias por la visita y el comentario... sigamos pa´lante compañera.
oras, este no lo conocía.
Gostei muito de ler o teu blog, pelas ideias que contém.
Lamento nao saber escrever em castelhano, mas espero que entendas ler em português como eu entendo a leitura do espanhol.
Um português: Luis
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